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6/22/2014

ESTRÉS Y ESTADOS DE ÁNIMO

Tranquil@, ante todo mantén la calma.

Tengo tendencia a cierto nerviosismo e inquietud ante la vida. Eso no es malo, siempre está bien tener ganas de más y estar motivado. Pero la impaciencia roza el estrés y a veces es peor.

Ya puedo no tener nada que hacer, que en mi interior hay algo que no está cómodo con la calma abusoluta. Y no me refiero a que sea hiperactivo, que "non teño paraxe". No. No soy de esas personas inquietas, simplemente el saber que hay algo que hacer y no estoy haciendo, el querer algo y ver que no lo consigo... ciertas puntualidades que hacen mella en el sistema nervioso y, seguidamente, actúan en la dermis.

Hace poco me comentaba una madre que su hijo (también con dermatitis) estaba peor de lo normal, pues estaba de exámenes y era incapaz de descansar su picazón. Yo le dije que no se preocuparan, que eso (al menos en mí) fue normal de siempre. Cada año escolar terminaba con sus exámenes de junio y mi piel creo que ya lo tenía asumido. A rascarse se ha dicho. Pero ya en la universidad se me llegó a complicar el tema con tanto estrés que mi espalda se llegó a quedar a dos colores. Obra abstracta digna del MOMA. Y es que incontroladamente llegas a desarrollar una flexibilidad en los brazos para llegar a rascarte allí donde no llegas que es increíble.

Total, que para combatir el cuadro abstracto utilicé un solarium. Se me había recomendado en dermatología acudir a sesiones de Fototerapia. Pero para ello suponía desplazarme más de 80km cada día. No cundía. Por lo que se me dijo que no era lo mismo, pero que el solarium, usado en pequeñas dosis, podía suplir ese sistema. Probé y efectivamente dio sus resultados. Además de irse gran parte de los eccemas, acabé moreno. Dos por uno.

Pues bien, como ya te comenté, cada año era lo mismo. Pero cada vez atacaba en un lugar diferente. No sé si el cuerpo tienen memoria y para no lastimarse de más, te ordena rascar en otro sitio. Pero así fue, un año la espalda, otro año las piernas, luego la barriga... y así sucesivamente.

Como ves el estado de ánimo influye. Hay que aprender a vivir con calma, y eso es muy difícil. Aunque también va en el carácter. Suertudos aquellos que viven tranquilos!

Después de todas esas aventuras que te he ido contando en posts anteriores, y pasado el momento naturista, he de contarte mi nueva historia: fisioterapia, osteopatía y... REIKI?
Digamos que de tanto aconsejarme en casa de que fuera a un fisio a por unos masajes que me relajasen, decidí acudir a uno en Coruña del que teníamos referencias buenas. Pues bien, una vez me decidí, pedí cita y ¿cuál fue mi sorpresa?
De todo menos masajes.

Me hizo una entrevista previa para conocer antecedentes familiares con otras enfermedades y llegando a preguntar cosas privadas muy fuera de lugar. Sentimentalismos frustrados en padres, abuelos, tíos que puedan influir y arrastrar psicológicamente durante generaciones provocando en otros DA (dermatitis atópica). Constelaciones familiares. Búscalo y me cuentas.
Parece ser que todo se queda en el alma y se "hereda" cual frustración y genera otro tipo de reacciones. En mi caso se llegó a deducir que dos suicidios en la generación de mis abuelos, y dos abortos en la generación de mis padres podrían ser los causantes de dos DA en mi generación (que las hay). Menos mal que sigo vivo...

Y dicho esto y tras un par de sesiones de NO masajes, llegó un momento en el que me pidió que cerrara los ojos e imaginara ciertas escenas. Yo, que soy curioso de más, los abrí y veo al profesional cabeza levantada y brazos estirados sobre mí cual meiga. Y tras ello, me recomiedo las FLORES DE BACH. En mi vida había oído hablar de eso. Pues son unas esencias de flores que dosificas en un cuentagotas cada día. Y en función del estado de ánimo tomas unas u otras.

Dejé de acudir a estas sesiones, pero seguí tomando las flores. Más tarde acabé por darme cuenta de que me estaba deprimiendo. Yo, que soy de poco llorar, tenía cierta tendencia a la lágrima mucho más a menudo y todo me ponía triste. Digamos que necesitaba expulsar toda esa "rabia y pena" contenida durante tiempo. Pero una cosa es desahogarse y, otra muy distinta, sumirse en una depresión. Así que dejé todo. A mí que me den las flores para sonreír, que para llorar ya está la realidad jajaja.

Con todo esto quiero decir que hay que estar a gusto con uno mismo. Que los estados de ánimo influyen y repercuten en tu piel. Tristeza, estrés, agobio, depresión... no las dejes entrar, que acabarás peor. Tu fortaleza y positivismo palian mejor la enfermedad y su mejoría.

A sonreír.

Gracias por leerme.