Ciao a tutti!
¿Cómo ha ido esta semana por ahí? No sé si me habrás echado en falta o te he dado un respiro con tanta dermatitis. Me vas a tener que perdonar, pero tenía derecho a unas vacaciones. Sí, me he ido a recorrer mundo y a ponerme a mí mismo a prueba. Tranquilo, no he corrido riesgo alguno.
Un avión tras otro conociendo lugares, gente, costumbres, curiosidades... Si no fuera porque era casi imposible conectarse a una red wi-fi, creo que habría empezado otro blog (tranquilo, no abandonaré este jajaja). Me habría gustado iniciar una nueva andadura por el mundo físico y virtual contando un poco de todo lo que veo, escucho, conozco y siento. Daría para mucho, la verdad. Un blog de viajes estaría bien. De escala en escala y escribo porque me toca. ¿Cómo lo ves? Yo dejo la propuesta y si alguien se anima, compartimos gastos! Yo dejo aquí la propuesta por si alguien le apetece contratar a este blogger dermatítico (a cabeza non para, diría alguno).
Y como no, cada país tiene una cultura, una historia, costumbres y gastronomía propias (el idioma ya no es problema. Mientras uno pueda chapurrear un poco el inglés, llega a todas partes). Pero claro, con este cuerpo mío tan delicado no es fácil coger las maletas e irse cuando a uno le apetece. Uno de los puntos anteriores a tener en cuenta es la gastronomía. Y como bien has leído y releído durante este tiempo, aquí el menda no puede comer de todo, o más bien, no debiera.
Pongamos, para empezar, que me he ido a Alemania. ¿Te has planteado alguna vez visitar este país sin probar ni gota de alcohol? Ya sé que no. Pero vamos, que ni Alemania ni ninguno otro. Seguro. Pues para mí ha sido todo un reto y he esquivado todo tipo de jarras de cervezas variopintas (porque mira que hay cervezas eh!) y he catado la esencia germana desde un punto objetivo. Y sí, es muy bonito y todo eso. Pero yo quería estar en el punto subjetivo! Pero he reconsiderado que mi amigo el karma me recompensará en algún momento.
Salchichas, carne de cerdo, albóndigas, queso, panes de todo tipo habidos y por haber. Qué rico está todo! Uno no es de piedra, y ya que estamos, pues vamos a catar. Esta gente tiene cierta manía de echarle especias a todo. Hasta el pan típico tiene cierto regusto picante! Pero bueno, por un poco no pasa nada, ¿no?
Pues ahora pongamos que para seguir de viaje, fui a un pueblo vecino de la ciudad eterna. Un pueblo costero italiano donde la lluvia hizo presencia durante la mayor parte de mi estancia y de paso se trajo unos cuantos relámpagos, por eso de amenizarnos la jornada. Pero no por ello la gente se viene abajo. Si hay que hacer la fiesta dentro de casa, se hace. Jamón, arroz, pasta, leche, queso, queso y más queso. Si hasta ahora conseguí tener un control sobre mi persona, creo que en tres días lo he tirado un poco por la borda. Exactamente el día 14 de noviembre cumplí mis 11 meses de tratamiento. Y me veía bien eh. Pero estos arrebatos culinarios... Cabe mencionar un risotto de setas al que me invitaron. Todo un manjar que merece hacerse excepción de toda dieta. Un día no son días (se me está viniendo abajo todo mi dogma dietético. No me hagas caso y cíñete a tu régimen).
Y para rematar esta vuelta culinaria europea, mi insaciable pelea contra el huevo. Señores, amos y dueños de restaurantes, bares, supermercados, y demás establecimientos que sirvan comida. Hago desde aquí un llamamiento para que a los alérgicos/intolerantes al huevo se nos tenga en cuenta. ¿Qué pasa, que si no eres celíaco ya no molas? Todo por y para ellos. Mientras, los demás alérgicos rebuscamos y nos reinventamos para alimentarnos. ¿Cómo es posible que si en un bar te sirven un bocadillo de pavo y queso, una vez comprado descubras en tu boca que está embadurnado de mayonesa? ¿Para qué están las etiquetas? Porque yo de alemán ni pajolera idea, pero un mínimo de cuidado señores. Y la pasta... pasta al uovo por doquier.
Comprenderás que después de todo esto mi cuerpo se resienta y necesite un reseteo urgente. Pues ahora en casa a cuidarse! Y mientras tanto, ya que hablan tanto de emprender, voy a plantearme una cadena de supermercados antihuevo, antigluten, antitodo.
Qué tiemble Mercadona!
Questo e tutto per oggi. Grazie mille, Yahel.
Danke fürs Lesen.
¿Cómo ha ido esta semana por ahí? No sé si me habrás echado en falta o te he dado un respiro con tanta dermatitis. Me vas a tener que perdonar, pero tenía derecho a unas vacaciones. Sí, me he ido a recorrer mundo y a ponerme a mí mismo a prueba. Tranquilo, no he corrido riesgo alguno.
Un avión tras otro conociendo lugares, gente, costumbres, curiosidades... Si no fuera porque era casi imposible conectarse a una red wi-fi, creo que habría empezado otro blog (tranquilo, no abandonaré este jajaja). Me habría gustado iniciar una nueva andadura por el mundo físico y virtual contando un poco de todo lo que veo, escucho, conozco y siento. Daría para mucho, la verdad. Un blog de viajes estaría bien. De escala en escala y escribo porque me toca. ¿Cómo lo ves? Yo dejo la propuesta y si alguien se anima, compartimos gastos! Yo dejo aquí la propuesta por si alguien le apetece contratar a este blogger dermatítico (a cabeza non para, diría alguno).
Y como no, cada país tiene una cultura, una historia, costumbres y gastronomía propias (el idioma ya no es problema. Mientras uno pueda chapurrear un poco el inglés, llega a todas partes). Pero claro, con este cuerpo mío tan delicado no es fácil coger las maletas e irse cuando a uno le apetece. Uno de los puntos anteriores a tener en cuenta es la gastronomía. Y como bien has leído y releído durante este tiempo, aquí el menda no puede comer de todo, o más bien, no debiera.
Pongamos, para empezar, que me he ido a Alemania. ¿Te has planteado alguna vez visitar este país sin probar ni gota de alcohol? Ya sé que no. Pero vamos, que ni Alemania ni ninguno otro. Seguro. Pues para mí ha sido todo un reto y he esquivado todo tipo de jarras de cervezas variopintas (porque mira que hay cervezas eh!) y he catado la esencia germana desde un punto objetivo. Y sí, es muy bonito y todo eso. Pero yo quería estar en el punto subjetivo! Pero he reconsiderado que mi amigo el karma me recompensará en algún momento.
Salchichas, carne de cerdo, albóndigas, queso, panes de todo tipo habidos y por haber. Qué rico está todo! Uno no es de piedra, y ya que estamos, pues vamos a catar. Esta gente tiene cierta manía de echarle especias a todo. Hasta el pan típico tiene cierto regusto picante! Pero bueno, por un poco no pasa nada, ¿no?
Pues ahora pongamos que para seguir de viaje, fui a un pueblo vecino de la ciudad eterna. Un pueblo costero italiano donde la lluvia hizo presencia durante la mayor parte de mi estancia y de paso se trajo unos cuantos relámpagos, por eso de amenizarnos la jornada. Pero no por ello la gente se viene abajo. Si hay que hacer la fiesta dentro de casa, se hace. Jamón, arroz, pasta, leche, queso, queso y más queso. Si hasta ahora conseguí tener un control sobre mi persona, creo que en tres días lo he tirado un poco por la borda. Exactamente el día 14 de noviembre cumplí mis 11 meses de tratamiento. Y me veía bien eh. Pero estos arrebatos culinarios... Cabe mencionar un risotto de setas al que me invitaron. Todo un manjar que merece hacerse excepción de toda dieta. Un día no son días (se me está viniendo abajo todo mi dogma dietético. No me hagas caso y cíñete a tu régimen).
Y para rematar esta vuelta culinaria europea, mi insaciable pelea contra el huevo. Señores, amos y dueños de restaurantes, bares, supermercados, y demás establecimientos que sirvan comida. Hago desde aquí un llamamiento para que a los alérgicos/intolerantes al huevo se nos tenga en cuenta. ¿Qué pasa, que si no eres celíaco ya no molas? Todo por y para ellos. Mientras, los demás alérgicos rebuscamos y nos reinventamos para alimentarnos. ¿Cómo es posible que si en un bar te sirven un bocadillo de pavo y queso, una vez comprado descubras en tu boca que está embadurnado de mayonesa? ¿Para qué están las etiquetas? Porque yo de alemán ni pajolera idea, pero un mínimo de cuidado señores. Y la pasta... pasta al uovo por doquier.
Comprenderás que después de todo esto mi cuerpo se resienta y necesite un reseteo urgente. Pues ahora en casa a cuidarse! Y mientras tanto, ya que hablan tanto de emprender, voy a plantearme una cadena de supermercados antihuevo, antigluten, antitodo.
Qué tiemble Mercadona!
Questo e tutto per oggi. Grazie mille, Yahel.
Danke fürs Lesen.
