Mostrando entradas con la etiqueta meigallada. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta meigallada. Mostrar todas las entradas

11/01/2014

LA LETRA CON SANGRE ENTRA

El 1 de noviembre es el día en el que cualquier cementerio reluce más que cualquier otro lugar de cualquier municipio. Visten mejor que un hotel de cinco estrellas. Y es que los preparativos para este día desbordan a las floristerías con ramos, ramilletes coronas y centros florales para decorar las tumbas de nuestros ascendientes perecidos. Cubos, fregonas, escobas y mucha lejía y jabón son la estampa que vemos la última semana de octubre en estos lares, pues todas las familias tienen a sus designados preocupados por mantener la pulcritud de cada lápida o panteón familiar. Podríamos decir que es lógico y normal que nos guste tener limpio el recuncho donde descansan nuestros familiares, pero lo lógico sería preocuparse durante el año y no durante una semana en la que, si no lo haces, serás objeto de crítica de tus vecinos (esos más fantasmas que los propios muertos).

Gótica en el cementerio. Samuel Cfdez

Hemos visto estos días muchas noticias con referencias y alusiones al más allá, al más acá, a la sangre, a los muertos, a los espíritus... etc. Todo un mundo extrasensorial que aterra a unos y justifica a muchos más para hacer una buena fiesta. Disfraces y guateques sangrientos repletos de calabazas con sonrisas diabólicas, telarañas y oscuridad con el motivo del Día de Todos los Santos o, como lo han difundido los yanquis: Halloween. O con terminología más autóctona, Samáin.

Calabaza de Samaín. Nelly Castro

Maquillajes extravagantes que transmiten miedo y pavor a algunos y morbo a otros con ojos blancos, cicatrices imposibles y sangre, mucha sangre derramada por bocas, orejas, narices... etc. Y es que la sangre es un elemento muy llamativo con ese color rojo que destaca por encima de cualquier otro. Un elemento que refleja la vida, o su pérdida si la vemos desparramada. La sangre es la esencia que recorre nuestros cuerpos permitiendo dotar a nuestros órganos de vitalidad y buen funcionamiento. Transmisora de proteínas, nutrientes, oxígeno, enfermedades... y muchos más elementos que cualquier profesional de la salud podría citar y que a mí se me escapan. Pero de cualquier manera podemos entender que es necesaria y sin ella nos falta la vida.

Lo que he aprendido en todo este tiempo (y aún me falta por saber más) es el fuerte arrastre que tiene el riego sanguíneo, sea del tipo que sea tu sangre. La sangre aporta vitalidad y color a tu piel, y eso se nota. Esto es algo que a día de hoy puedo comprobar en mí mismo, pues desde que empecé a "sanearme" he visto cómo mi cuerpo iba pasando por diferentes procesos tonales.
Antes de aplicarme el cosmético que utilizo para ello mi piel era seca, apagada, como falta de vida. Los corticoides y sus derivados habían hecho mella en mí hasta el punto de ir apagándome las funcionalidades orgánicas (en este caso, primordialmente el hígado y los riñones, que es donde se suele acumular la cortisona) y eso lo reflejo externamente. Podría decirse que un pantonario (paleta de colores) mi piel la situaríamos más hacia la zona de los morados y violáceos que hacia un color rosado, más propio del apreciado color carne de los Plastidecor.
Pues bien, poco a poco y con paciencia extrema, mi piel ha ido descamando y cambiando de color a lo largo de estos diez meses y medio. Tonos violáceos, verdosos, amarillentos y, finalmente, tirando a rojos y rosados propios de una buena salud y oxigenación. Esta última aportada por el riego sanguíneo que impulsa desde dentro la eliminación de toxinas y sustancias desechables que el organismo necesita expulsar.

Y digo que ahora entiendo más el proceso porque la capa gorda y externa de piel poco saludable ha ido desapareciendo. Con ella, apenas notaba un bombeo que ahora percibo, sobre todo el zonas como los brazos. La parte por donde "empuja" el riego y que sé que necesita salir parte de esas toxinas ahora la palpo con una piel más fina y sana. Es como si a una pared le sacas con una espátula esa capa de pintura gastada, con humedad y llegas a ver casi la estructura interna. Pero no las dejas así, sino que le das otra capa de pintura para que brille nuevamente con otro tono. La pared cambia. Está como nueva y tus sentidos lo agradecen. Es como un aire nuevo que refleja vitalidad.

Pues como un piso a rehabilitar, mi cuerpo ha ido reconstruyendo su salón, su cocina, su terraza y demás habitaciones. Aún hay alguna llena de plásticos y cinta de carrocero para no manchar los marcos. Casi disfrazada. Aunque no tanto como los zombies que salían hoy en los telediarios y redes sociales tras una celebración de muerte. Lo importante es que no decaiga el ánimo y pasarlo bien sea cual sea tu celebración.

Flor marchita. Samuel Cfdez

Espero que hayas tenido un buen Samaín.


6/24/2014

LUZ AL FINAL DEL TÚNEL?

Y no hay remedio, eh. Mira que llevamos recorrido médicos, medicuchos y otras profesiones. Pero nada. Es inútil.

- El otro día nos encontramos con Fulano y Mengana, que dicen que su hijo también tiene dermatitis atópica y llevan paseado en busca de soluciones como nosotros y nada. Y dijo que llevaban una temporada con un tratamiento alternativo y que le va muy bien. - Dijo mi padre o mi madre. Ya no recuerdo.
- Y qué tratamiento es ese?
- Uno de una señora que tiene unas cremas. No es un medicamento.
- Yo no quiero "meigalladas" de esas.
- Quien sabe. Hemos probado tanto que ya... qué más da. Por consultarlo...

Esto fue más o menos un diálogo entre mis padres y yo a finales del años 2013. Después de todas las aventuras que os he contado hasta este momento, mi cuerpo no daba más de sí. Estaba apagado, terso, no movía el cuello de lo seco que lo tenía, el insomnio se apoderaba de mis noches y mi vida era inercia pura y dura.

Finalmente, se decidió ir a comentar ese tratamiento con la persona que lo lleva. Fue todo un poco raro, pero lo que explicaba tenía sentido.

No sé por qué ni por qué no, pero después de salir de allí con una llorera impresionante viendo que no tenía ya alternativas a un problema crónico, decidí empezarlo.
Uno nunca arriesga de esa manera hasta que no ve la desesperación tocando a la puerta. Cuando ya no tienes nada, te agarras al primer rayo de esperanza que ves.

Y ahí empezó todo. Un mínimo halo de luz que asomaba al final de un túnel muy largo.
Aquí empieza mi nuevo tratamiento.
Aquí empieza mi nueva vida.
Aquí empieza el por qué de este blog.

Ahora iré poco a poco comentándote cómo ha ido resultando en mí esta decisión.

Gracias de nuevo por pararte a leerme.

Feliz comienzo de verano.