Mostrando entradas con la etiqueta ácaros. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ácaros. Mostrar todas las entradas

10/13/2014

EL ÓRGANO MÁS GRANDE JAMÁS CONTADO

Dermatitis atópica. Esa gran desconocida, aparentemente.

Pasan los días, semanas y meses. Y desde que empecé a redactar este blog son muchos los que han curioseado por aquí, y lo agradezco mucho. He ido relatando momentos, anécdotas y alguna que otra curiosidad relacionada con esta enfermedad. Pero claro, después de 21 entradas (dios, veintidós con esta) uno tiene que exprimirse los sesos para sacarle jugo a este espacio y generar interés.

Como también te he recordado muchas veces, tú eres la parte más importante de esto. Si no me lees, de nada me vale. Y gracias a muchos como tú que han sugerido ideas y que han estado al pie del cañón conmigo, continúo.

Me han dicho que por qué pasa esto, que a qué se debe en sí la DA. ¿Dónde está el origen de este problema? Quien lo sabe.
No es una enfermedad que digas "Ah! He aquí el fallo, vamos a sustituir esta pieza". No. En realidad, es un cúmulo de cosas.

Falta de protección en la dermis, problemas alérgicos, asma... muchas enfermedades pueden ocultar a esta otra. Muchas personas, cuando nacen, ya traen problemas dérmicos que poco a poco van subsanándose con el tiempo (en mi caso desde los 18 meses). Unas se curan y otras empeoran. Y en otros casos, aparece en una edad más avanzada llamándose dermatitis de contacto o incluso derivada por malo hábitos que descarrilan lo que teníamos dentro "dormido". Con estos hábitos me refiero a excesos de higiene (pérdida progresiva de la capa protectora de la dermis), ingesta de alimentos indebidos (cada uno sabe qué es lo puede o no comer, o lo intuye). En mi caso he ido adquiriendo alergias y las he controlado, pero no soy el único. Cada vez aparecen más. Es ahí donde hay que controlar. Cada vez hay más mierda en el mercado para llevarnos a la boca (allá cada empresa con su conciencia social). Y ya no solo productos para comer, sino detergentes, jabones, perfumes, cremas hidratantes... esencias que quedan en nuestra piel al estar en contacto con nuestras sábanas, toallas, ropa, manos... que vuelven irritable y vician nuestra dermis.

Alergia al pelo de animales. Ya sean de compañía como el perro y el gato que tengamos en casa, o de otros que podamos encontrar habitualmente en nuestro entorno. Así como al polen o a los ácaros, que se encuentran en un elevado porcentaje de la población. Limpieza señores! jajaja.

También es importante controlar el estado emocional. Desamores, exámenes, estrés laboral... merman a uno y aceleran un picor inevitable.

En definitiva, si has leído otras entradas, comprenderás que lo importante es estar bien por dentro para que eso se demuestre por fuera. Dicen que la sonrisa es el espejo del alma, pues la piel es el espejo de nuestro organismo. Cualquier problema hepático, renal, digestivo... se ve a través de ella. Muchas veces olvidamos que la piel es el órganos más grande de nuestro cuerpo y el que nos protege del exterior. Pues vamos a tratarla bien.

¿Dónde está el origen entonces? En el cuidado de uno mismo. Es muy costoso y muy lento regenerar y poner a tono algo que te envuelve por completo. Pero vale la pena luchar por estar bien. Y aquí es donde hago una reflexión para todos aquellos que necesitan un impulso y ánimos para superar cualquiera de sus "problemillas". Al final todos tenemos algo más o menos visible, más o menos doloroso... pero en definitiva, somos personas y qué mejor que apoyarnos para superarlo y llevarlo mejor.

Arriba ese ánimo y buen comienzo de semana!



Gracias a Anxo por el apoyo y las ideas y a Ana por ser así de fuerte.

6/04/2014

NUEVA ETAPA: ALERGOLOGÍA

Hola de nuevo. Ya le voy cogiendo el gustillo a esto de escribir un blog.
Seguimos relatando mis aventuras dermatíticas una vez superada la fuerza divina.

Como ya comenté en una entrada previa, hubo quien arriesgó a vaticinar que esto acabaría en mi adolescencia. Ya sabemos todos que no. Pero no contento con asumirlo, a la edad de 21 años empiezo a tolerar mal ciertos alimentos. Pensando desde un principio que era una simple gastroenteritis y de comer pollo cocido y arroz blanco a diario, veo que no me se cura, NO DESAPARECE! Y es que cada vez que comía un plato de tortilla francesa o un simple filete rebozado recaía: Intolerancia al huevo. Lo que me faltaba. Y todo esto tras atar cabos de ver lo que comía, pese a la tendencia de algunos a decir que era todo psicológico. Acudo al médico y ahí empieza una nueva etapa en mi vida: el pasillo de alergología.

En este punto las fechas y edades no las tengo muy claras. Pues con pocos años (pongámosle unos 10 u 11 años) te haces las pruebas de la alergia y te da reacción lo típico: ácaros, gramíneas y pelo de gato. Lo único destacable es que a los pocos años la alergia al polvo se disparó y me dieron la opción de vacunarme todos los meses durante cinco años con AlergoVac Depot. Da pereza solo de pensarlo, pero realmente mereció la pena, pues hoy no estornudo a penas.

Como veis, da para escribir un libro sobre esto. A algún dermatólogo y/o alergólogo le vendría bien situarse en el otro lado. Aquí os dejo por hoy. Para mañana continúo con más alergias.