6/16/2014

NUTRICIÓN: UNA CARRERA PARALELA

Qué tal? Preparado para seguir con estas batallas? Continuamos con una semana más de un junio soleado y a esperas del san Juan. Qué ganas.

Justo por estas fechas (quizás más hacia adelante en el verano) hace un año en el que tomé una decisión: Dejar parcialmente de lado la medicina convencional. Decidí ir a un naturista. Sí sí, como lo oyes. No sé si conoces algo sobre esto. Sobre la homeopatía (yo ahí ya no creo tanto) y sobre la limpieza del organismo. Una serie de historias que he ido leyendo, oyendo y viendo a lo largo de muchos meses y que, según el individuo, unas funcionan y otras no.

Pues bien, la persona que me atendió en esta consulta naturista se centró en una dieta especial para reducir la dermatitis. Esto quiere decir que, según el alimento que ingieras, el organismo responde de una manera u otra. Parece ser que el intestino es como nuestro segundo cerebro y, lo que por él transite es vital para el funcionamiento del cuerpo.
Salieron de mi vida la mayoría de los lácteos (por no decir todos, aunque algún yogur apetecía). Aquí he de decir que (y esto es cosa mía) la leche no la debiera de beber nadie. Es curioso que seamos el único mamífero que la toma en edad adulta y de otro animal. ES ANTINATURAL y últimamente se desarrollan cada vez más intolerancias y alergias. Pero el kit de la cuestión es que la leche que compramos es... de todo menos leche. Ahí queda mi apreciación.

El trigo, que parece ser que es el peor de los cereales que el ser humano puede ingerir (hincha un montón y cuesta digerirlo), queda fuera y es reemplazado por CENTENO y ESPELTA. Hasta ahora no había oído hablar de este último y, como toda dieta, cuesta el doble que un pan normal. Es un poco mas dulce pero tiene buen sabor.
Aquí os dejo un vídeo para que veáis lo fácil de hacer que es:   http://bit.ly/1qlqkmP

El siguiente alimento "prohibido" fue la carne roja. Normalmente son pesadas de digerir y parece ser (según me explicaban) los restos se acumulan en el intestino delgado impidiendo que este complete bien su función. La carne de cerdo suele tener muchas toxinas y tampoco es recomendable abusar de ella, pero sí está permitida.
Al final la cuestión es subsistir a base de carnes blancas: pollo y pavo.

Hay que tener en cuenta que para favorecer la alimentación hay que beber mucha agua (2 litros/día mínimo) e intentar no combinar hidratos con proteínas que, si lo piensas bien, no puedes comerte un simple filete con patatas. Mucha verdura, mucho arroz y combinaciones poco habituales en mi anterior dieta. Un caos culinario.
Finalmente, de lo que me ha valido ha sido para un adelgazamiento casi exprés. La dermatitis no se fue. He de decir que tenía que tomar ciertos complementos de Omega3 e infusiones complementarias para ello, pero al final, me seguía picando todo y los eccemas persistían en el tiempo. Solución: Corticoides temporales.

De todo esto, lo que me llevo (y más adelante lo veréis), es una licenciatura en nutrición y alimentación a base de probar y probar.
Si te has visto en situaciones parecidas o sabes de alguien que lo haya padecido, no dudes en comentarlo. Entre todos salimos!

Gracias por tu tiempo.

6/12/2014

DOPAJE E INFLAMACIÓN

Continúan las peripecias atópicas, esta vez en la capital gallega: Santiago de Compostela.

Cansados de buscar remedios y especialistas en la materia, un familiar nos dio la referencia de un buen dermatólogo de renombre a nivel nacional que consulta en esta ciudad. Casi como decir el dermatólogo de los dermatólogos.
Pues bien, tras conseguir una cita acudimos a él y después de una larga consulta (en la sala de espera desde las 20.00 horas hasta las 01.30 horas) llegamos a la conclusión de que había que tomar corticoides a largo plazo, disminuyendo poco a poco, mes a mes, la dosis. ¿De verdad que no existe otro tipo de medicación o remedio?

Recordemos que yo por aquel entonces estaba en Valencia (por eso de ubicarte en mi historia). No sé si por corticoidarme o por el buen tiempo que allí empezó a llegar a partir de marzo comencé a ponerme bueno. No obstante, hubo que mantener un cuarto de pastilla diario durante casi medio año. La dicha duró todo el semestre y tras finalizar el curso, de vuelta definitiva a Galicia, de nuevo en su consulta revisamos mi piel. De esta vez su diagnóstico giraba en torno a los inmunosupresores (Sandimmun Neoral) pero dio marcha atrás al explicarle que hacía dos años lo había probado y no había dado resultado. Y menos mal, porque es una lata tener que estar cada semana haciendo análisis y tomando la tensión para comprobar las constantes renales y hepáticas (riñones e hígado, por si acaso).
Por todo ello, finalmente dicidio darme unas inyecciones de Trigón. me sorprendió bastante, porque n o hubiera imaginado que la dermatitis estuviera remitiendo así de bien con unas inyecciones. Pero bueno, poco me duró la alegría cuando, al tercer pinchazo (alternando en cada nalga mensualmente) empecé a notar molestias en la pierna izquierda. Tal fue el dolor que un día al despertarme era incapaz de moverla.
Todo esto derivó en una historia dolorosísima desde que la infección salió a la superficie y tuve que acudir a urgencias a que me abriesen y drenasen la pierna, hasta que después de tres meses de curas con una mecha (ni te imaginas lo que duele) la herida fue cerrando hasta que cicatrizó en la superficie.

Una nueva mala experiencia con las agujas. No sé si tú has tenido alguna situación parecida, pero te aseguro que no me han quedado ganas de ello ni de nada similar.

6/10/2014

CLIMA, AGUJAS Y SUPURACIÓN

Un dato curioso es que toda esta aventura tópico-alérgica que te estoy contando se da en un clima atlántico. Porque también hay que tener en cuenta la climatología, un factor muy importante del que he ido poco a poco percatándome de lo que me puede llegar a afectar la humedad y el cambio de tiempo (sobre todo cuando va a llover, cual viejo con su reúma).
Todo este tiempo he vivido en As Pontes (desde que nací hasta los 18) y en Lugo, donde empecé mis estudios. La siguiente etapa fue en A Coruña, por lo que pensé que el clima al tener el mar al lado, ayudaría a estar mejor, pues son muchos los veranos al sol bañándome en el mar y viendo mi piel secar y mejorar. Era increíble lo bien que me encontraba en los meses estivales. Por ello, al mudarme a la ciudad herculina piensas que puede ser un buen cambio. Iluso de mí. No sé por qué, pero ese año empecé a notar peor la piel, más irritable y roja. Sigues aplicando cremas y tomando todo tipo de pastillas para combatirlo, pero no hace nada.

Y llegó la primera medida alternativa a la medicina que todos conocemos: la acupuntura. Oyes que a gente le ha hecho maravillas: dejan de fumar, aparcan sus migrañas, las articulaciones van a mejor... Pues la dermatitis sigue en su sitio. No se va. Y es más, al día siguiente amanecí con un brote general con el que apenas me movía. Acto seguido acudí al centro de salud a por una inyección de urbasón y, no contento con ello, repetí la experiencia "por si acaso". Maldita la hora.

Poco después llegó el verano y pasé una temporada en un pueblo ourensano donde el clima dista bastante del coruñés. El clima continental se caracteriza por ser más seco y el calor que tiene en verano hace maravillas. Hacía tiempo que no estaba así de bien. Después de este cambio de ubicación fui a estudiar a Valencia, donde también piensas: ¿Clima mediterráneo? Seguro que allí estaré genial". Y de nuevo te das de bruces con la realidad. La elevada humedad de la comarca de La Safor no hizo nada bueno en mi delicada piel. Por lo menos en la temporada de invierno. Fue en ese mes de diciembre, justo antes de Navidad, cuando empecé a sufrir un extraño comportamiento en mi cuello. Sin saber por qué, la piel de esa zona se irritaba fácilmente y empezaba a supurar. Gracias a que ya me volvía a Galicia pude ir al dermatólogo y dejar que comprobara eso, porque si llega a ser por el sistema sanitario valenciano ya me podían encontrar tirado en la puerta del centro de salud que nadie me atendería. Sistemas de gestión autonómicos... pero bueno, ese no es el tema de este blog.
Una vez de vuelta en A Coruña esa reacción del cuello me sorprendió de madrugada supurando de una manera descomunal, llegando a encartonar el cuello del pijama de la cantidad de líquido que echó. Y así, de madrugada y en pijama, arranqué el coche en dirección Ferrol y que vieran mi estado. Esperé primero en urgencias donde me pusieron urbasón en vena y, horas más tarde, me atendió el dermatólogo. Una vez más no hay más remedio que pautar corticoides.