6/18/2015

LLEGÓ LA HORA

Después de casi tres meses sin poder atender este rincón que me pertenece, vuelvo a la carga. Puede que tarde, pero aquí estoy. Prometí en su día contar y relatar cómo ha sido el proceso por el que pasé para poner remedio a un problema de muchos: la dermatitis atópica.

Lo prometido es deuda. Llegó la hora.


Antes de nada, debes saber que esto que he llevado a cabo durante un año y medio de mi vida no es una curación total e irrevocable. Es cuestión de un tratamiento natural y constante del que nunca me desligaré. Dicen que la constancia es la base del éxito y yo, en este caso, lo he conseguido. Como bien sabes he mantenido una dieta muy estricta todo este tiempo para ayudar a mi cuerpo a eliminar todo tipo de toxinas y "males". Esto conllevó consigo un proceso muy lento y doloroso en el que mi piel se ha ido cayendo a pocos y regenerando y limpiando sobre sí misma.
Fuera alcohol, fuera picantes, fuera chocolates. No más pescado que el que es blanco, no carnes rojas ni grasas. Agua, mucha agua. Paciencia y resistencia psicológica.

Pero hay más. No todo se resume en dieta. Llevo meses hablándote de un spray. Una loción que me aplico en la planta de los pies. A muchos seguramente les haya sonado a chiste, a ida de olla, o a desesperación. Sin embargo, un líquido realizado a base de hierbas naturales y cera de abeja ha sido el culpable y, a la vez milagro, de algo que muchos expertos de la dermatología no han sabido (y muchos no han querido) tratar. Es muy fácil dopar a un enfermo hasta las cejas con tal de que no dé mucho la lata y calmarlo por una temporada (así de cada 3 meses no saturamos la seguridad social) a base de corticoides para cicatrizar las heridas de los diferentes problemas dérmicos que va desde pequeñas manchas o falta de pigmentación, hasta psoriasis o úlceras.
[Así lo relataba en la entrada del 3 de septiembre de 2014: NO SOY RENTABLE http://goo.gl/2YtAWI ]

Pues bien, a raíz de empezar a aplicar dicho spray, mi cuerpo empezó a revolucionarse. A través de pies, ingles, axilas y cuello mi cuerpo absorbió a través del sistema linfático el líquido en cuestión. Este empezó a circular por mí dejando salir toda impureza por mi piel. A su vez, comencé a aplicarme una crema de la misma marca para ayudar a hidratar y llevarlo mejor, pero fue peor el remedio que la enfermedad. Pues no hacía otra cosa más que darme picores. Finalmente, solo spray.

No te imaginas (o sí) lo que he pasado. El no ver un horizonte claro al que aferrarme. Solo el que lo vive lo ve (y los que lo sufren con él). Pero para que tú también seas consciente de la evolución que he tenido, he realizado unas fotografías a lo largo de todo este tiempo para dar a conocer y a visualizar mejor todo esto. Ha sido un proyecto, digámoslo así, para ayudar en un futuro a quien pueda pasar por ello y vea que es normal.

La evolución es de la parte que ha marcado todo este tiempo mi tratamiento. Mientras el resto de mi cuerpo se iba "reciclando", había una parte que no quería curar. Mi mano izquierda comenzó un proceso de... no sé de qué, por el cual perdió toda su capa dérmica dejando el resto inflamado y creando diferentes etapas con diferentes aspectos.


+18 ADVERTENCIA: Se avisa que las imágenes pueden dañar la sensibilidad








Como ves ha sido un duro proceso muy poco agradable. Tienes que perdonar por la realización de las fotografías, pero en su momento se han hecho a muy poca gana. Aun así, el resultado ayuda al consuelo de uno mismo.


Ha habido heridas que han cubierto prácticamente todo mi cuerpo, pero por no ser demasiado gore y/o explícito, prefiero no enseñar más de lo que en su día fue más visible como pies y manos.

Todo esto lo hago por tener una continuidad con este blog y ayudar a quienes buscan en la red el remedio que en consultas no dan encontrado (tampoco me las quiero dar de gurú dermatítico cuando no sé si todos los casos resultarán igual), para ayudarme a mí mismo, y para agradecer el apoyo recibido.

Pero todo esto no habría sido posible si en su día no hubiese tropezado con Antonia Veiga, una mujer que lleva años investigando y tratando problemas dérmicos a través de sus productos de cosmética natural Piabeli. Una mujer que ha hecho de mí lo que ningún otro médico ha conseguido. Una mujer que me ha apoyado e insistido en mi cura (física y psicológicamente) hasta poder lograr el objetivo final y contarlo hoy aquí.
Prometí en su día no comentar nada acerca de esto hasta comprobar en mí mismo que efectivamente daría resultado y hoy puedo afirmar que los años de esfuerzo y estudio de Antonia han hecho de mí una persona nueva.

Muchas gracias.


Como ya te escribía al inicio de esta entrada, esto no es un ¡Aleluya estoy curado!, sino que es un proceso de mantenimiento y cautela para poder llevar una vida mejor. Aún estoy al 98'5% pero ese poco que me queda en nada lo recupero.

Y sin más que decirte. Simplemente darte ánimos si en estos momentos estás con alguna "lucha interna" que seguramente podrás ganar. Suerte!






3/27/2015

TIRANTECES

Como dermatítico que soy tengo muy asumido que la elasticidad de mi piel no es la mejor del mundo. Durante toda mi vida he tenido problemas en las articulaciones del cuerpo (codos, muñecas, rodillas y tobillos), y es lo más común en cualquier dermatitis suave o severa. Todo, o casi todo, lo relacionado con un brote de dermatitis tiene sus primeros síntomas en esas áreas.
Es gracioso recordar como algunos amigos y conocidos se acercaban para enseñarme que les habían salido unos granitos o unas sequedades ahí y querían una explicación. Está claro que no tengo licencia para ejercer pero Quasidermatólogo se arriesga a dar su opinión y... a veces hasta acierta!

Nadie tiene un brote igual al de al lado, simplemente es similar. Pero pica, se pone rojo, se irrita y es un incordio. Y esto si es solo un pequeño eczema. Si llega a ser un rosetón como los que yo he tenido... esa zona se irrita hasta el punto de la supuración. Por lo tanto, al querer recuperarse (y al surtirla de corticoides por aquel entonces) se agrieta y es muy molesto al estirar el brazo o la pierna. Podría hacer símiles, pero creo que la explicación es bastante gráfica y/o sugerente (para gustos).

Total, que durante muchos años he rascado, supurado, encorticado, agrietado y recompuesto (no todo es -ado) cada parte de mi cuerpo en miles de ocasiones. Y tras ponerme en manos de la medicina natural para superar estas complicaciones, he pasado por momentos muy difíciles que impedían prácticamente mi movimiento. Imposible estirar los brazos (lo que derivó en algún problemilla de hombros) o cojear porque mis tobillos se recomponían lentamente.
Una vez que esta mala época fue pasando, decidí hacer algo con mi vida y rehabilitar mi cuerpo poco a poco, ya que durante diez meses estuve sin realizar ejercicio alguno. Y me decanté por un ejercicio relajado, simple y delicado. Sucumbí a la moda del pilates.

"Eso es para mujeres, ¿no?". Es lo primero que todo el mundo piensa cuando le hablas de esta disciplina. Pero lo cierto es que es una tabla de ejercicios para la gente, sin distinción entre sexos. Es verdad que la mayor parte de quienes lo practican son mujeres, pero quizás la no asistencia de hombres se deba a la ignorancia y a la tendencia de los estereotipos.
"Eso es para relajarse y dejar la mente en blanco como el yoga". Lo suelen pensar muchos y, tampoco están muy lejos de la realidad. Lo cierto es que en la fase inicial aprendes a relajar tu cuerpo y a controlar la respiración con el diafragma.
"Lo que hacen es colocarse de maneras raras e incómodas". Pues como en cualquier deporte cuando calientas para ello. Pero en pilates son movimientos y posturas más lentas que ayudan a fortalecer la musculatura. De hecho, el párrafo anterior habla del control de la respiración que es la base para poder realizar los ejercicios y para tener noción de cada parte de ti. Esas "posturas raras" lo que hacen es ayudarte a mejorar la elasticidad y el equilibrio, para lo que debes tener concentración durante el entrenamiento. Además, muchas lesiones musculares son tratadas con esta práctica sin forzar el cuerpo ni la parte dañada.
"Es para gente cansada, poco acostumbrada". Puede que la tabla de ejercicios no sea tan aeróbica y sudada como otras actividades en las que dejas el pulmón de fuera. Simplemente, te invito a entrar en una clase y que, al final, me escribas qué te ha parecido.
"Como está de moda, todo el mundo se apunta". Pues bienvenida sea la moda si se trata de hacer estos estiramientos y calentamientos corporales. Cierto es que está en boga y todo centro que se precie tiene el pilates entre sus clases de fitness, y también es verdad que por ser así, también se nota en el bolsillo.

Todo esto no son más que ciertas premisas a las que normalmente respondo cada vez que digo que voy a pilates. Al principio suena raro, pero quien luego lo prueba y ve resultados (tanto en mí como en sí mismos) entiende lo que digo. Además de controlar el equilibrio, aprender a respirar, a doblarme como nunca pensé que lo haría y a fortalecer musculatura (sobre todo abdomen), lo que he conseguido es "educar" a mi nueva piel y enseñarle a estirarse nuevamente poco a poco después de tanta sequedad y oxidación. ¿Podríamos decir que el método pilates ha reemplazado a los corticoides en mi vida? Mmm... no lo tengo claro. Simplemente me encuentro mejor.

3/08/2015

50 ECZEMAS DE PIEL

No soy Grey, ni pretendo serlo. Pero sin haber leído ni una línea del libro creo que hasta me sé el argumento. Digo esto porque he visto la película basada en el mismo. Pero que no te extrañe, no he pagado por ello. Simplemente soluciones alternativas en la red para saciar esa "curiosidad" y que, según la persona que estaba al lado, para nada es lo que ella leyó.

No se ha hablado de otra cosa últimamente. Hasta diría que los Oscars han quedado relegados a un segundo plano durante estos días ante la expectación del estreno de una película que ha colapsado salas de cine en todo el mundo. Una historia que hace humedales entre todas aquellas que han disfrutado de sus párrafos como si nunca otra cosa hubiera deseado jamás. Juegos y deseos casi oscuros que pueden lastimar si no se hacen bien (incluso bien hechos, diría yo). Está claro que para gustos... colores (o látigos). No se puede juzgar a nadie por lo que aparente. Hasta la persona más normal (en este caso un hombre bien vestido, de alto standing y grandes negocios) esconde gustos turbios y dispares. Y lo mismo podrías pensar de cualquiera por la calle al que no aprecias más que lo que lleva puesto. ¿Pero que hay detrás de sus prendas?

Ya hablábamos hace tiempo del esconderse y no mostrarse tal cual uno es. El simplemente hecho de avergonzarnos por cómo es nuestro cuerpo. Altos, bajos, gordos, flacos, perfectos (no existen), imperfectos (la mayoría)... o, en nuestro caso, con pequeños o grandes eczemas. Todas las pieles son delicadas y nadie se libra de una rojez, lunares complicados, sequedades, faltas de pigmentación... etc, por lo que debemos entenderlo y tener cuidado con nosotros mismo y nuestros vecinos sin tener que firmar ningún contrato de confidencialidad ocultando al mundo un problema que puede ser de lo más normal.



Quizás esta publicación sea un poco a la ligera, pero tras haber visualizado la película de marras, me ha hecho cavilar cómo alguien puede llegar a lastimarse y sentir placer cuando hay mucha gente que, como yo, ya nos cuesta tener cuidado con nuestro cuerpo como para castigarlo y crearle rasguños, cicatrices e incluso sangrados. No debemos jugar a dominantes y sumisos, sino ser dominantes de nosotros mismos y entender a nuestra piel sin flagelarla ni someterla a torturas. Y no solo en cuanto a nuestra piel, sino todo aquel problema que tengamos, simplemente afrontarlo y aprender a convivir con ello.